La cena ideal como parte de una dieta saludable depende en gran medida de tu alimentación y actividad física durante el día. Pero para estar seguro, debe ser ligero (pero no escaso), completo (pero no excesivo) para cubrir el tiempo de sueño y la digestión para promover el descanso.

• Diles sí a los platos fáciles pero satisfactorios. Las verduras cocidas y la crema de verduras te alimentarán y te mantendrán satisfecho.
• No abuses de las proteínas y las grasas. Si comes muchas proteínas (carne, huevos, pescado) o grasas (salchichas, queso salado…), dificultas la digestión y empeoras el sueño.
• Ten cuidado con los alimentos que causan gases. El repollo y los frijoles que producen gas te mantendrán despierto toda la noche.
• Modera la comida picante. Eleva la temperatura de tu cuerpo, lo que puede dificultar conciliar el sueño.
• Evita la ingesta de alcohol. Aunque deprime el sistema nervioso central y proporciona una sensación de relajación, interrumpe el sueño y promueve la apnea.
• Sáltate los dulces. Hacen que tu nivel de azúcar en la sangre aumente, luego caiga en picado y pueden terminar despertándote en medio de la noche.
• Fruta deshidratada para el postre. Una cucharadita de pasas, uno o dos albaricoques secos, algunas ciruelas pasas… Aunque son ricas en calorías, estas frutas ricas en magnesio y vitamina B mejoran la salud del sistema nervioso y ayudan a producir serotonina, un neurotransmisor que regula los ciclos de sueño y vigilia.